En los últimos tres meses, la moneda argentina ha experimentado un notable aumento del 25% frente al dólar en el mercado paralelo, logrando ser la divisa con el mayor incremento a nivel mundial entre las 148 monedas que monitorea Bloomberg.
Este fenómeno se produce bajo la administración del presidente Javier Milei, quien asumió el cargo hace cuatro meses y ha logrado una estabilidad monetaria notable, a pesar de haber criticado duramente al peso durante su campaña electoral, prometiendo su eliminación.
Economía de Argentina
El contexto económico de Argentina se caracteriza por su alta inflación, que recientemente alcanzó casi el 300% anual, y una serie de problemas estructurales prolongados. Sin embargo, la administración Milei ha implementado medidas de austeridad significativas, centradas en la reducción del gasto público y en contener la demanda de dólares para estabilizar la economía. Estas acciones parecen haber contribuido a la revalorización del peso en el mercado.
Aunque el fortalecimiento del peso argentino puede verse como un signo de recuperación económica, también plantea desafíos potenciales.
El aumento del valor del peso puede desincentivar las exportaciones al hacer los productos argentinos menos competitivos en los mercados internacionales, y podría disminuir el atractivo turístico del país debido al aumento de los costos para los visitantes extranjeros.
De hecho, algunos expertos ya advierten sobre estos posibles efectos negativos. Por ejemplo, Melina Eidner, economista de la casa de bolsa PPI en Buenos Aires, ha señalado que la disminución en las ventas de los exportadores podría llevar a una futura debilidad del peso en el mercado paralelo.
Además, a pesar de la volatilidad y los controles, el mercado cambiario oficial muestra una relativa estabilidad. El gobierno ha implementado un sistema de devaluación controlada, ajustando diariamente el valor del peso en aproximadamente un 0,05%. Esta política busca amortiguar las fluctuaciones extremas y mantener el equilibrio económico.
El banco central argentino, en un intento por fortalecer sus reservas internacionales, ha estado comprando dólares en el mercado. Esta estrategia contrasta con la práctica común de otros bancos centrales globales que venden dólares para apoyar sus monedas nacionales. Este enfoque subraya la singularidad de la situación económica de Argentina y su aislamiento relativo de las dinámicas de mercado global.