El inicio de todo emprendedor es el propio hogar, operando mediante el teletrabajo o trabajo remoto. Un estilo de vida codiciado por muchos, pero que requiere mucha auto disciplina para practicarse. Es por ello que, si no sabes organizar tu tiempo, tanta libertad se te puede ir de las manos.
Es importante establecer tu propia agenda laboral para habituar tu cuerpo y mente a ser productivos. A pesar de no estar en una oficina, no tener al jefe cerca y no cumplir con horarios, tu productividad no puede cesar ante tanta comodidad.
En Emprende.net te enumeramos cinco consejos que puedes poner en práctica para rendir mejor desde tu hogar:
Teletrabajo y prioridades: Lo primero es lo primero
Lo principal para poder trabajar desde el hogar es crear un espacio cómodo y confortable para concentrarse. Es importante separar el espacio de trabajo del resto de la casa, pues existe una delgada línea que separa tu vida personal con la laboral. Limitando los rincones se tornará más clara esta división. Por esta razón, por ejemplo, evita trabajar en el sofá o en tu propia cama.
Un buen orden de tu lugar de trabajo es la mejor solución a esto. Pon especial atención a que en tu espacio de trabajo puedas mantener una buena postura, adecuada iluminación, además de una ventilación y temperatura agradable.
Date tus tiempos
Es trascendental que fijes un tiempo fijo de trabajo. Se recomienda un horario de oficina, pero dependiendo de tu ritmo puedes adaptarlo a lo que más te convenga. Hay personas que son más productivas en la mañana mientras que otras lo son en la tarde.
Cuando sepas en qué horas vas a trabajar en el día, implementa un sistema de bloques de tiempo en los cuales trabajarás y podrás descansar entre medio. Así podrás mantener la concentración, reducir las interrupciones y evitar el agotamiento.
Hey, ¡no todo es producción laboral!
En tu rutina debes también considerar un tiempo para ver el correo electrónico, responder un WhatsApp y revisar las notificaciones de tus redes sociales. ¡Pero cuidado! La procrastinación es tu enemiga más poderosa, si dejas todo esto abierto y las notificaciones activadas, dile adiós a tu concentración. Es ideal que encuentres el equilibrio entre la vida personal y laboral.
Planificación, orden y adelante con el teletrabajo
Una vez que tienes tu espacio listo y un tiempo de trabajo determinado, debes afrontar la parte más difícil: ¿y ahora qué? Como trabajas por tu cuenta, debes decidir qué hacer cada día, no puedes ir a ciegas. Intenta dedicar 5 minutos al final del día a revisar las acciones específicas que necesitas realizar en la jornada siguiente. Dormirás mejor y te ahorrarás tiempo en la mañana siguiente.
Marca dos o tres objetivos como las tareas más importantes, así las podrás hacer primero. Una vez cumplas con aquellas metas, alcanzarás rápidamente un sentimiento de realización y motivación que hará que el resto del día pase volando.
¡Vístete para ti!
Definitivamente, es muy tentador trabajar con pijama o buzo desde tu propia casa, ¿no? Sin embargo, este es un hábito que no es muy recomendable si se quiere alcanzar cierto nivel de productividad, pues la forma en que te vistes afecta al ser humano psicológicamente.
Tómate el tiempo para ducharte, tomar desayuno, lavarte los dientes y vestirte como si fueras a trabajar. Prueba usando un atuendo casual y cómodo pero con el que perfectamente podrías recibir un cliente o una visita, por ejemplo.
Ten lugares alternativos para el teletrabajo
Por muy cómodo que sea el espacio que adaptaste para trabajar todos los días desde casa indudablemente va a cansarte. A quién queremos engañar, se hace difícil estar todo el día en el mismo lugar. Por ello, de vez en cuando necesitas cambiar de escenario e interactuar con más personas.
Para esto busca cafeterías, o espacios de cowork en que te sientas cómodo. Es importante que estos rincones tengan poco ruido, conexión estable a internet y, ¿por qué no?, gente simpática. Lleva tu equipo de trabajo para allá y realiza las tareas que necesiten menor nivel de concentración, le dará un soplo de aire fresco a tu rutina diaria o un lugar al cual escapar cuando tengas bloqueos creativos.